7. Recuerdos

– ¿Dónde… dónde estoy? – Me pregunté. Todo a mí alrededor era oscuridad
– ¡Amy! – Me llamó una voz entre las sombras.
– ¿Qué sucede?

Me quede atónita… esa voz era la mía, pero yo no era la que había contestado.

Todo el lugar comenzó a iluminarse. Antes de que pudiera hacer algo el lugar quedó completamente visible. Me encontraba dentro de una casa. Por las decoraciones y su música supuse que se trataba de una fiesta. Observé el lugar detenidamente, de derecha a izquierda. Vi a todos mis amigos disfrutando de la fiesta, sonreí un poco al verlos tan felices, pero después me quede helada. Sentada, alado de la mesa de bocadillos, me encontraba yo, o más bien dicho otro yo. Observé como Sonic le entregaba una flor naranja, ella la observó confundida. Por alguna extraña razón se me hacia familiar la escena.

El lugar empezó a cambiar. Arboles comenzaron a aparecer a mi alrededor, después se comenzó a incendiar el lugar. Extrañamente no sentía el calor del fuego. Busqué con la mirada alguna señal de vida hasta que encontré a mi otro yo y a los demás. Enfrente del grupo se encontraban dos erizos, quienes observaban un robot, que era controlado por Eggman desde la parte de arriba de la maquina. Una luz blanca captó mi atención. Me acerqué a él, esperando encontrar lo que creaba aquella esfera, pero no encontré nada, solamente la esfera, creciendo mas y mas. ¿Acaso era un robot invisible? Era lo más probable.

El rayo fue lanzado. Me asusté al ver a quien se dirigía. Mi otro yo corrió hacia el erizo azul, salvándolo del ataque, pero ella no pudo evitarlo. Impactada y horrorizada observé como ella era atravesada por el rayo. Escupí sangre, había sentido aquel terrible dolor. Mi vista comenzó a nublarse un poco. Caí de rodillas y coloque ambos brazos alrededor de mi estomago.

– ¡No! – Escuché a Shadow gritar

Observé donde anteriormente se encontraba la esfera. Un erizo blanco se encontraba parado, viéndome mientras sonreía siniestramente.

- Adiós, Amy Rose – Dijo alzando su mano, creando una esfera blanca.
- No… ¡NO!

- ¡Aaaaaah! - Grité.

Me levanté de la cama, asustada. Estaba agitada y sudaba frio. Traté de calmarme al notar que me encontraba en mi habitación.

–¿Qué fue eso? – Me pregunté.

Escuche la puerta abrirse, dirigí mi mirada hacia ella, encontrándome con Sonic.

– ¡Amy! ¿Estás bien? – Preguntó preocupado.
– Eh… si
– Qué alivio… ¿un mal sueño?
– Eso creo…

Observé como él se sentaba a mi lado. Baje la mirada, vi como en mis manos caían unas cuantas gotas de agua, estaba llorando sin que me diera cuenta. Sentí como el erizo azul pasaba su brazo por mis hombros, atrayéndome hacia él, haciendo que me recargara en su pecho. Me sonroje un poco.

– Parecía tan real – Dije tratando de calmarme.
– No te preocupes Amy, ya pasó – Me susurró – Además, yo estoy a-
– En mi sueño… – Interrumpí – ...alguien me mato – Susurre lo ultimo.
– Fue una pesadilla, es todo.
– ¿Pero qué tal si significa algo? ¿Qué tal si fue una visión? ¿O qué tal si…?

Quede inmóvil. Mis labios fueron sellados por los de Sonic. Fruncí un poco el ceño, pues no esperaba que en un momento como ese me besara, pero después de unos minutos, ese gesto me calmo un poco, podría decir que hasta por un momento olvide aquella terrible "pesadilla".

– Sea o no una visión, yo estaré ahí para salvarte.
– Gracias – Agradecí, sonriendo un poco – Necesito... un tiempo a solas, ¿Podrías esperarme abajo?
– No necesitas preguntarlo.

Agradecí nuevamente. No esperaba todo ese apoyo por parte de él, pues anteriormente siempre huía de mí. Reí un poco al recordar los viejos tiempos, al final había logrado estar con el chico que me gustaba, quizás no éramos una pareja oficial, pero por lo que había sucedido el día anterior y hace unos instantes, no tardaríamos en serlo. Fruncí un poco el ceño al pensar en eso.

Tomé una ducha. Giré la perilla del agua y esperé a que se calentara. Después de unos minutos entre a la bañera. Noté que salía un poco de vapor a causa del agua caliente, pero extrañamente yo la sentía fría. Me recargué en la pared, mi cabeza comenzó a doler. Cerré fuertemente los ojos. Imágenes de un bosque comenzaron a aparecer en mi mente. Estaba lloviendo, sentía que no podía moverme.

¿Qué sucede? ¿Estás esperando a que te mate?

Escuché una voz, me era realmente familiar. Busqué con la mirada al dueño, se encontraba delante de mí.

¿Acaso no quieres matarme? – Pregunté sin saber por qué.
Me encantaría, pero me gustaría hacerte una prueba.

Alzó su mano al cielo y creó una esfera blanca. Lanzó la esfera hacia mí. No pude hacer nada para esquivarlo, solo cerré los ojos y esperé el impacto.

¡Amy!

Abrí los ojos rápidamente. Me encontraba nuevamente en la regadera. Coloque mi mano en mi corazón, tratando así que latiera a su ritmo normal. Me encontraba asustada, pero más que nada… confusa. ¿Acaso esa… prueba de la que me hablo aquel erizo estaba relacionada con mis sueños? Tenía cierta lógica.

Terminé de bañarme. Me enredé en la toalla y salí del baño. Tome del closet una falda roja, una blusa blanca, un chalequito del mismo color que la falda y un par de botas rojas con blanco, estas eran parecidas a las que usaba hace tiempo, solo que estás tenían pelusa en la parte de arriba. Una vez ya cambiada camine escaleras abajo. Me encontré a Sonic sentado en el sofá, no esperaba encontrarlo ahí ya que él era una persona de poca paciencia.

– ¿Piensas ir a algún lado?
– Pues… si… a casa de Tails.
– ¿Se puede saber a qué? – Preguntó, arqueando una ceja.
– Quiero preguntarle algo.
– Bueno… ¿Puedo acompañarte?
– Si quieres.

Ambos salimos de mi hogar. Poco después de prender camino me tomo de la mano, cosa que me hizo sonrojar un poco. Si eso también fuera un sueño desearía jamás despertarme. Agite mi cabeza un poco, debía concentrarme en algo más importante, pero no podía, estar al lado de él me desconcentraba por completo. Maldije mi corazón en ese momento, lo que menos necesitaba ahora era estar enamorada… nuevamente. Me había prometido no volver a amarlo, por todo el sufrimiento que me había hecho hace tiempo, pero después de lo ocurrido, era realmente difícil. Deje escapar una lagrima, sabía que pocas veces lograba lo que quería.

– ¿Qué te sucede? – Me preguntó, limpiándome la lagrima con su dedo índice.
– Nada… solo pensaba.
– ¿Fue por el sueño?
– Si – Mentí.

Me tomó de la espalda y me atrajo hacia él. Sentí como me comenzaba a acariciar mi cabello. Estaba nerviosa, no sabía realmente porque. Cerré los ojos y correspondí el gesto, él me abrazo un poco más, como si no quiera separarse de mí, cosa que me extraño un poco.

– Siempre te protegeré, recuérdalo – Susurro en mi oreja.

Asentí con mi cabeza. Segundos después nos separamos y retomamos el camino, pero antes me tomo de la mano nuevamente. Sonreí un poco.

Observé a la distancia la casa de Tails. A los pocos minutos ya nos encontrábamos frente a la puerta de él. Sonic me soltó la mano y toco el timbre, me sorprendí por su acción, ¿Acaso le apenaba hacerlo frente a sus amigos? Fruncí el ceño al pensar aquello. Suspiré y decidí no tomarle mucha importancia y esperé a que abrieran la puerta.

– ¿Hola?
– ¿Qué tal Tails? – Saludó Sonic.
– ¡Hola Sonic! ¡Hola Amy! – Saludo animadamente el zorro de dos colas.

Tails nos dejo pasar a su hogar. Eché una mirada al lugar, todo parecía normal hasta que encontré debajo de un cojín unas decoraciones, ¿Qué hacia eso ahí escondido? Salí de mis pensamientos al sentir un abrazo de mi joven amigo.

– ¡Felicidades! – Dijo Tails
– Humm… ¿Gracias? – Dije dudosa. Después recordé que era mi cumpleaños, cosa que me dejo momentáneamente atónita.
– ¿Qué les trae por aquí?
– Amy quería preguntarte algo, ¿No es así?
– Ehm… si. Sonic, podrías dejarnos un momento.

Él arqueo la ceja, confundido por mi petición. Asintió con la cabeza y salió de la casa.

– ¿Por qué le pediste eso?
– No quiero distracciones. – Susurré. Observé a mi joven amigo, parecía preocupado – Tails, necesito tu ayuda.
– ¿Qué sucede? – Preguntó con un tono preocupado.
– ¿Recuerdas al erizo que peleó contra Sonic y Knuckles?
– Uhm sí, pero ¿Qué tie-
– Necesito que recolectes información de él – Lo interrumpí.
– ¿Qué? ¿Para qué?
– Eh tenido extraños sueños… y creo que están relacionados con ese erizo blanco. Por favor Tails – Le rogé.
– Podría intentarlo, pero no te aseguro nada.
– Muchas gracias – Le agradecí, ahora podía estar un poco más calmada.

Salí del lugar. Me extrañó no ver al erizo azul, pero pensaba que era mejor para mí. Había otro lugar al cual ir, esperaba que ellos me pudieran ayudar también, pues al fin y al cabo eran detectives. Caminaba afueras de la ciudad, esperando recordar la ubicación de ellos. Recordé que me habían dicho la nueva ubicación del equipo, solo los había visitado una vez, pero eso fue hace tiempo.

El sol se estaba ocultando. Me di por vencida. Había estado buscando por horas. Estaba cansada, lo mejor era que al día siguiente seguiría buscando. Al menos pude pedirle ayuda a uno de mis amigos, eso me calmaba un poco. Me dirigí a mi hogar, para tomar así un bien merecido descanso.

– ¡Rose!

Escuché a alguien a mis espaldas. Me gire levemente para ver de quien se trataba.

– ¿Shadow? Que sorpresa encontrarte por aquí.
– De hecho te buscaba – Dijo deteniéndose frente a mi.
– ¿Eh? ¿Para qué? – Pregunté confundida.
– Acompáñame y lo sabrás – Dijo mientras comenzaba a caminar por la dirección que había llegado.
– Lo siento, pero me encuentro cansada.
– ¿Cansada? – Preguntó, deteniendo su paso.
– Sí. Buscaba a alguien desde hace un buen rato.
– Lo entiendo, pero dudo que lo hagan ese grupo que consideras tus amigos

Suspiré, luego sonreí por dos cosas. La primera fue porque entendí el por qué me estaba buscando, quería llevarme a lo que seguro era una fiesta sorpresa. Lo deduje fácilmente tras recordar las decoraciones "escondidas". Lo segundo fue por que recordaba que Shadow jamás acepto por amigos a los que yo tenía, las únicas amigas que tenia eran Rouge y yo, o eso esperaba.

– Diles a los invitados que la cumpleañera no llegará.

Sonrió un poco.

– Eres lista…
– Gracias – Agradecí el cumplido.
– Eso es algo que me gusta de ti – Agregó.

Me sonrojé levemente tras escuchar eso. Observé como se acercaba a mí, deteniéndose a solo unos cuantos centímetros. Con su mano rozó mi mejilla. Me sonrojé más ante esa acción. Traté de evitar verlo a los ojos, pero él me tomó del mentón, obligándome a verle. Corto un poco más la distancia que nos separaba. Podía sentir su respiración en mi rostro. Me acerqué un poco más a él, haciendo que nuestros labios casi se rozaran, pero una voz me distrajo.

– ¿Arruino algo?

Esa voz me dejo helada. Me separé de Shadow, di lentamente la vuelta y lo vi, aquel erizo causante de mis pesadillas. Di un par de pasos hacia tras, quedando alado del erizo azabache. Él se coloco enfrente de mí, protegiéndome del erizo.

– ¿Quién eres tú? – Preguntó, colocándose en posición de ataque.
– Tú no te metas – Dijo el erizo, alzando su brazo.

Una luz blanca rodeo a Shadow. Este comenzó a levitar y después fue lanzado a unos metros atrás, cayendo bruscamente de espaldas al suelo. Traté de correr hacia él para ayudarlo, pero quede inmovilizada. Sin que yo quisiera me di la vuelta y caminé hacia el erizo blanco.

– Con que ¿Buscando información de mi, eh? – Dijo el erizo.
– ¿Quién eres? ¿Qué es lo que quieres? – Pregunté, tratando de liberarme.
– Yo tengo muchos nombres, y quiero muchas cosas, entre ellas: A ti.
– ¡Suéltala!

Observé como Shadow corría, o más bien, patinaba hacia él. Quiso darle un fuerte golpe pero el erizo, con una velocidad impresionante, esquivó el golpe y aprovechó para darle una patada en el estomago, mandándolo a un par de metros atrás. Vi como Shadow se levantaba del suelo con un poco de dificultad, pero antes de que pudiera hacerlo fue rodeado nuevamente por el aura blanca. Fue elevado al cielo, después el aura desapareció, dejandolo caer desde una gran altura. El aura apareció nuevamente y lo elevo al cielo, desde la misma distancia lo dejo caer. Esto se repitió una y otra vez. Yo seguía bajo el poder del erizo, no podía hacer nada para tratar de evitarlo. Comencé a llorar al escuchar sus gritos de dolor, debía ser algo o si no sería el fin la él.

– ¡Déjalo en paz! – Ordené.
– ¿Qué sucede? ¿No te agrada lo que ves? – Dijo el erizo, sonriendo siniestramente
– Por favor… – Susurré - ¡Haz lo que quieras conmigo pero deja a Shadow en paz! – Supliqué.
– Así que la "Forma de vida suprema" tiene que depender de una chica ¿Eh? – Dijo con un tono burlón – Patético.

Hizo levitar a Shadow nuevamente. Al dejarlo caer le lanzó una especie de cuchilla blanca. Me quede horrorizada al ver lo que sucedió. La extraña cuchilla había perforado por completo su pecho. En menos de un segundo su pelaje blanco se había tornado completamente rojo. Cerré los ojos, no podía creer lo que sucedía.

– ¡Eres un maldito! – Le grité con todas mis fuerzas.

Un terrible dolor sentí en el pecho. Baje la mirada y encontré una de esas extrañas cuchillas enterrada en mi pecho, a la altura de mi corazón. Caí al suelo de espaldas. Trate de agarrar la cuchilla con mis manos, pero me fue imposible.

– Perdóname Shadow… - Susurré difícilmente.

Solté una última lágrima, antes de que todo se volviera completamente oscuro...

6. Disculpa

El timbre de la puerta me despertó. Abrí lentamente mis ojos con cierto fastidio y me levante de la cama hasta quedar sentada. Tallé mis ojos y luego dirigí mi vista al reloj, este marcaba las siete con veintiséis de la mañana. El timbre sonó nuevamente. Me levanté y me dirigí al baño. Me lavé la cara con agua fría para así despertarme completamente, luego me arreglé mi cabello, para así no verme tan desarreglada. Escuché una vez más el timbre de la puerta. Caminé a paso rápido hacia la puerta, no quería hacer esperar más a mi visita.

Abrí la puerta y vi que el erizo de color azabache se estaba alejando.

– ¡Shadow! – Grité, logrando captar su atención.

Él giró su cabeza y me vio, después dio media vuelta y caminó de regreso. Le abrí paso para dejarlo entrar y una vez dentro cerré la puerta a mis espaldas.

– Pensé que no me abrirías – Dijo mientras tomaba asiento en el sofá.
– Lo siento, me encontraba dormida – Dije apenada.

Un incomodo silencio se apodero de la sala por unos minutos hasta que decidí romperlo.

– ¿Quisieras… Humm… Un vaso con agua? – Pregunte entrecortado, algo nerviosa.

Asintió con la cabeza.

– Bien… ahorita te lo traigo.

Caminé hacia la cocina. Tomé del refrigerador una jarra llena de agua y la puse sobre la mesa. Agarré un vaso y serví agua en el. Noté como mi mano temblaba un poco. Estaba nerviosa, después de lo ocurrido jamás volvería a ver a Shadow como un simple amigo. Lo extraño era que él estaba calmado, como si no hubiera pasado nada. "No confundas la realidad con un sueño" Recordé las palabras de Sonic. No fue un sueño y si lo fuera… ¿Por qué Shadow? ¿Por qué él y no Sonic? Si, es verdad, me enamoré hace tiempo de él, pero en esos tiempos aun sentía algo por aquel erizo de púas azuladas.

Estaba confundida.

– ¡Rose!

Sobresalté al escuchar mi nombre. Sentí el agua mojando mi mano, me di cuenta de que el agua escurría fuera del vaso. Levanté la jarra, ahora vacía, y lo coloqué sobre la mesa, al igual que el vaso. Fui por un trapo para secarme pero al dar un paso me resbalé. Cerré los ojos fuertemente, esperando el duro golpe, cosa que nunca llegó. Sentí una mano entre mis hombros y otra en mi cintura. Abrí los ojos y lo primero que vi fueron unos ojos rubí.

– ¿Estás bien? – Preguntó mientras me ayudaba a ponerme de pie.
– Eh… si – Conteste levemente sonrojada.
– Te noto nerviosa, ¿A qué se debe?
– Ahm… es que… no pude dormir bien – Respondí, tomando un trapeador para secar el charco de agua que había en el suelo.
– Dime la verdad – Dijo quitándome el trapeador de las manos.
– Ya te lo dije – Dije levemente molesta.
– ¿Entonces para eso me llamaste? ¿Un simple insomnio?

Silencio. No sabía que contestar, pero para saber las respuestas a mis preguntas, tenía que decir la verdad. Escogí cuidadosamente mis palabras, pues no quería que se sintiera incomodo al recordar "aquello".

– ¿No... lo recuerdas? – Pregunté, dándole la espalda.
– ¿Recordar qué?

Suspiré y me di media vuelta, viéndolo directamente a los ojos.

– Aquella tarde, en el lago.
– ¿Lago?
– Ya sabes, el día de mi cumpleaños.
– ¿Tu cumpleaños?
– Si… hace tres días.

Me miro confundido.

– Rose… eso es mañana.

Quede inmóvil. No, no podía ser cierto, me negaba a creerlo. Eso había sido tan real como para solo ser un sueño.

– Shadow – Susurré, pero logré captar su atención – ¿Tú no has tenido algún sueño que se haya sentido tan real, como si lo fuera?
– A veces.
– ¿Qué haces al saber eso?
– Acepto el hecho de que fue un sueño.

Suspiré nuevamente. Tenía que afrentar la verdad: Fue un sueño. Más bien, una pesadilla.

– Sonic tenía razón, fue un simple sueño, y por mi exigencia de no creerle lo lastime – Susurré, molesta conmigo misma.
– ¿Qué dices?
– Nada. Lamento haberte quitado tu tiempo.
– No te preocupes, sabes que puedes contar conmigo.
– Sí. Muchas gracias – Agradecí, regalándole una sonrisa.

Lo acompañé a la entrada. Me estiró la mano para despedirse pero yo le di un beso en la mejilla. Parecía confundido por mi extraña reacción, pero no le di mucha importancia.

Una vez sola, fui a cambiarme para salir, me puse uno pantalón blanco, una blusa verde con brillos y unos tenis blancos. Debía que ir con Sonic para pedirle disculpas, solo esperaba que él no estuviera molesto.

– Quizás deba darle un pequeño regalo – Pensé.

Me dirigí a la cocina nuevamente. Tal vez un pequeño pastel de chocolate me ayudaría un poco. Tarde casi dos horas en preparar el pastel, hace mucho que no hacia uno, quizás ya había perdido "el toque", lo único que esperaba que me hubiese salido bien. Empaqué el pastel en una caja rosada, cuidando que la decoración de merengue del pastel no se arruinara.

Salí de mi hogar y prendí camino a casa de Tails, quizás él estaría ahí.

Tardé media hora en llegar. Suspiré antes de tocar el timbre. Observé la caja que llevaba en mis manos, temía que no le gustara, más bien, que no me perdonara, entendería si no lo hiciera. Suspiré nuevamente y toqué el timbre. Pasaron cinco minutos para que abrieran la puerta.

– ¿Hola?
– Hola Tails – Salude, fingiendo una sonrisa.
– ¡Amy! ¿Qué te trae por aquí?
– Estoy buscando a Sonic, ¿Esta aquí?
– Me temo que no. Fue a dar una vuelta.
– ¿Sabes a donde?
– Humm… creo que menciono un lago.

Me sorprendí al escuchar el lugar. ¿Sera el lago que encontré hace tiempo?

– Oh… muy bien. Gracias de todos modos.
– Cuando quieras.

Después de despedirme, me dirigí a aquel lago, tenía pocas posibilidades de que fuera ese lugar donde estaba, pues él podía visitar cualquier lugar que quisiera gracias a su velocidad.

Cuarenta y cinco minutos después llegué a mi destino, con la mirada observé todo el lugar, parecía que no había nadie. Suspire desanimadamente. Decidí tomar un descanso, pues hacer el pastel y andar caminando de un lado a otro era realmente cansado. Me senté debajo del primer árbol que vi, el cual resultó ser el de las iniciales grabadas. Fruncí el ceño al recordar mi "sueño". Aun no estaba completamente convencida de eso, algo dentro de mi seguía sin poder creer aquello, ¿Acaso fue una señal? ¿Señal de que? No, eso no tenía demasiado sentido. ¿Una visión? Quizás… pero… ¿Pasaría mañana?

– ¡Aaah! – Grité – ¡Acéptalo! ¡Fue un simple y estúpido sueño! – Me dije a mi misma. Me sentía tonta, sabía que al gritar no me traería ninguna respuesta.
– Si sigues gritando, creerán que estás loca.

Salte al escuchar aquella voz. Dirigí mi mirada al árbol y vi como en una de sus ramas descansaba el erizo que buscaba.

– ¡Me asustaste! – Me quejé.
– Sí, también me da gusto verte - Dijo sarcásticamente.

Baje la mirada. Él seguía molesto conmigo.

– No… no esperaba verte por aquí.
– No te preocupes, ya me iba.

Bajó del árbol en un salto y comenzó a alejarse.

-¡Sonic, espera! – Grité.

Él volteó a verme. Observé una venda en su cabeza, levemente ensangrentada. Me sentí mal al recordar los golpes que le había dado.

– Yo… lo siento – Dije, evitando verlo.
– ¿Eh? ¿Por qué?
– Por lo que hice ayer. Tu solo querías ayudarme y yo... te lastime.
– Estabas asustada, ¿No es cierto?
– Sí pero… eso no me da derecho de golpearte.
– Hehe. No tiene importancia. Además, ya paso.

Sonreí levemente. Logré que me perdonara.

– Ah… ten – Le alcé la caja.
– ¿Uh? ¿Qué es?
– Es un pastel. Lo hice para ti.

Camino hacia mí y tomó la caja. La abrió cuidadosamente y luego sonrió.

– ¡Muchas gracias!

Tomó el tenedor que había colocado dentro de la caja y llevó un pedazo de pastel a su boca. Cerré los ojos, solo esperaba que no lo escupiera.

– ¡Esta delicioso!
– ¿Enserio? – Pregunté, levemente sorprendida.
– Claro, deberías probar.
– Ehm… no, gracias.
– Vamos, insisto.

Iba a decir algo más pero él aprovecho para meterme un pedazo de pastel en la boca. Me sorprendí, no sabía nada mal.

– Mmh, esta rico.
– ¿Verdad que sí? Vamos, otro bocado.
– No, lo hice para ti, no para mí.
– Ándale, otro, abre la boquita.
– ¡Sonic!

Comenzó a jugar conmigo y yo le seguí el juego. Él ponía el pedazo de pastel enfrente de mi boca y yo movía mi cabeza a otro lado, haciendo lo posible por evitarlo. Colocó nuevamente el pedazo frente a mi boca y yo, al moverme para evitarlo, rocé con mis labios el pedazo haciendo que cayera, manchando asi mi blusa.

– Oh, genial – Musite molesta.
– Uy, lo siento.
– No fue tu culpa. Puse unas cuantas servilletas en la caja.

Sonic observó dentro de la caja, saco una servilleta y limpio el merengue que había en mi blusa, sin poder quitar la mancha café en ella.

– Sera difícil quitar esta mancha – Dije levemente molesta.
–Ah… tienes un poco merengue en los labios, déjame limpiarte.

Suspiré. Sentí que me trataba como una niña pequeña, cosa que me molesto un poco. Envés de sentir la servilleta, sentir el dedo de Sonic, manchándome completamente los labios con merengue, no entendí el porqué.

– Oye, pensé que…
– Cierra los ojos – Me interrumpió.

Me sorprendí a tal petición. Cerré los ojos y esperé, pero lo que recibí me dejo helada. Con su lengua comenzó a lamer el merengue de mis labios, saboreándolo lentamente. Después de unos minutos, unió sus labios con los míos, dándome un beso, un beso del cual no quería separarme. Colocó sus manos en mi espalda, atrayéndome más a él mientras que yo coloqué mis manos en sus hombros. Después de un largo tiempo nos tuvimos que separar por falta de aire. Abrí mis ojos lentamente, vi que él seguía con los ojos cerrados, enseñando una sonrisa traviesa.

– Wow. Eso fue mejor que el pastel.

Sonreí involuntariamente a tal comentario.

– Mira, ya es de noche. El tiempo se pasa volando cuando estas con la chica que te gusta.
– ¿Qué?
– Toma, te lo quería dar mañana, pero creo que ahora tendré que cambiar de regalo.

Puso en mi mano una rosa naranja. Observé detenidamente la flor, por alguna razón se me hacia conocida. Comencé a tener un fuerte dolor de cabeza, lo cual hizo que cayera de rodillas. Pusé mis manos sobre mi cabeza, tratando inútilmente calmar el dolor. Cerré fuertemente los ojos. Empecé a sentir un inmenso dolor en el estomago, no sabía qué era lo que lo había provocado.

– ¡Amy! ¡¿Qué te sucede? – Escuché a Sonic gritarme, con un tono preocupado.

Trate de contestarle, pero caí inconsciente, a causa del terrible dolor…

5. Dudas

Desperté. Todo estaba oscuro, lo único que iluminaba el lugar era la televisión encendida. Observe a mí alrededor con cierta dificultad. Al reconocer el lugar me quede atónita: Me encontraba en el hospital.

Cerré mis ojos, tratando así recordar lo antes sucedido. Imágenes de Shadow y Sonic fueron los primeros que se me vinieron a la mente. Recuerdos borrosos aparecieron en mi mente: Shadow y yo estábamos cerca de un lago, luego Sonic peleando con él y después… nada, lo último no podía recordarlo.

– ¿Qué fue lo que sucedió? – Susurré para mí.

El ruido de la puerta me llamo la atención. Me sorprendí al ver de quien se trataba.

– ¿Amy? ¡Vaya, ya has despertado! – Dijo mientras cerraba la puerta a sus espaldas.
– ¿Qué haces aquí? – Pregunté, sin quitar mi mirada de él.
– ¿Pues qué crees? Cuidándote, claro – dijo sentándose en un pequeño sofá.
– ¿Qué hago aquí?

Noté que su animada mirada cambio a una seria, cosa que se me hizo extraño.

– ¿No lo recuerdas? – Preguntó, viéndome directamente a los ojos.

Cerré mis ojos. Trate de recordar algo más. La última parte de mi recuerdo se volvió claro. Él. Él era el responsable de que estuviera nuevamente en ese lugar.

Fruncí el ceño y apreté fuertemente la sabana con mis puños.

– No. Ya lo recuerdo – Dije con un tono molesto.
– Lo siento, trate de hacer todo lo posible para salvarte de…
– ¿De quién? – Interrumpí - ¿De ti mismo?
– ¿Eh? ¿De que estas habla…?
– No te hagas el idiota – Interrumpí nuevamente, molesta.
– ¿Estás bien? Jeje. Creo que el golpe te afectó.
– Al menos agradezco que estoy viva. ¡Ese golpe en la nuca que me diste pudo haberme matado!
– Espera, ¿Golpe en la nuca?
– Ahora sales con que no te acuerdas. El día de mi cumpleaños, cuando estaba con Sha…
– ¿Tu cumpleaños? – Me interrumpió – Amy, tu cumpleaños es en dos días.

Me quede atónita. Que excusa tan patética. Sabía que ya había pasado mi cumpleaños y no pudo ser un sueño lo anterior, fue demasiado real para serlo…

– ¿Qué? – fue lo único que pude decir. Vi como el comenzaba a reírse, cosa que me molesto aun más
– Estar dos días inconsciente realmente te afectó.
– ¿Dos días? – Susurré.
– Jaja, así es.

Fruncí el ceño. Me levanté de la cama y camine difícilmente hacia la puerta pero Sonic se interpuso en mi camino.

– ¿A dónde crees que vas?
– A cualquier lugar donde no te pueda ver – Dije, tratando de rodearlo para salir pero él no me dejo.
– ¿Eh? ¿Por qué?
– ¡Porque no creo en tus mentiras! – Contesté.

Invoqué mi Piko Piko Hammer y lo golpeé en el estomago. Observé como se golpeaba de espalda contra la pared, cerca de la puerta. Intentó levantarse, pero antes de hacerlo escupió sangre. Sonreí involuntariamente al ver aquello.

Se puso de pie. Rodeo con su brazo derecho su estomago y después se acercó a mí. Al ver esto alcé mi martillo y lo golpeé por segunda vez, pero ahora en la cabeza, lanzándolo ahora a la pared que se encontraba de mi lado izquierdo. Un poco de sangre comenzó a salir de la zona afectada. Camine hacia él, aun con la sonrisa marcada. No entendía por qué, pero disfrutaba de su dolor.

Alcé nuevamente mi martillo para golpearlo pero su voz me distrajo.

– Amy… ¿Por… que? – Preguntó casi en susurro. Estaba débil.
– Estoy cobrando venganza – Respondí en un tono frio.
– ¿Venganza? ¿Venganza de que no te haya podido salvar de aquel erizo?
– ¡Eso sucedió hace casi una semana!
– No… no confundas la realidad… con un sueño - Dijo entrecortado.
– No fue un sueño – Susurré – No lo fue.

Solté mi martillo. Me deje caer de rodillas. Coloque mis manos en mi rostro y comencé a llorar. No podía creer que eso había sido un sueño, tampoco podía creer que había golpeado a unos de mis mejores amigos, jamás en mi vida lo había hecho. Sobresalte al sentir una mano sobre mi hombro. Dirigí mi mirada hacia Sonic. Me sonreía. A pesar de lo que le había hecho él me estaba apoyando.

– Ya, ya. No llores – Dijo tratando de calmarme.
– Lo siento – Susurre – Pero sigo sin creerte.
– ¿Qué?

Lo noqueé con mi martillo. No quería que se interpusiera en mi camino otra vez. Debía encontrar respuestas por mí misma.

Con las pocas fuerzas que tenia levante a Sonic y lo acomode en la cama. Después camine hacia la puerta y la abrí un poco. Observe el pasillo de derecha a izquierda, al ver que no había nadie supe que era mi oportunidad para irme. Salí y caminé silenciosamente por los pasillos evitando que algún doctor o enfermera me viese. Sin darme cuenta, llegue a la entrada del hospital. Corrí sin destino alguno, solo quería encontrar al otro erizo de mi "sueño".

– ¡Shadow! ¿Dónde estás? – Grite, tratando inútilmente de que él me escuchara.
– Buscas a Shadow ¿Eh? Por la forma que corrías pensé que buscabas a Sonic.
– Ni menciones a ese erizo, Rouge – Dije molesta, evitando verla.
– Oh… ¿Problemas con el novio?
– Él no es mi novio.
– ¡Cielos! ¿Qué le has hecho a la verdadera Amy Rose? – Preguntó con un tono de broma – La verdadera Amy estaría gritando a los cuatro vientos que es la novia de Sonic.
– Esa Amy murió hace tiempo – Dije deteniendo mi paso, aun sin verla – Desde que me di cuenta de que él no correspondería mis sentimientos deje de amarlo. Además, era solo un sueño infantil.
– Vaya, si que has crecido, no puedo ni reconocerte.
– Yo tampoco… – Susurré, comenzando a caminar.
– Volviendo al tema principal, ¿Para que buscas a Shadow? – Preguntó mientras caminaba hasta llegar a mi altura.
– Quiero preguntarle algunas cosas.
– Ah no, déjame decirte de que yo ya se lo pedí – Dijo cruzándose de brazos.
– ¿Eh? – Pregunté. No había entendido bien lo que quiso decir.
– Jaja. Fue una pequeña broma.

Levante una ceja, pues seguía sin entenderle.

– Olvídalo – Dijo con un tono malhumorado – ¿Qué clase de preguntas le harás?
– Por favor, solo dime si sabes donde esta o no. Tengo prisa.
– Vamos, es joven la noche ¿Por qué la prisa?
– Rouge – Mencioné cruzándome de brazos.
– De acuerdo, deja me contacto con él.

Observé como se levantaba un poco el guante izquierdo hasta dejar a la vista algo parecido a un reloj, imagine que se trataba de un comunicador, como los que Tails había inventado hace tiempo para nosotros, solo que este parecía más avanzado. Oprimió un pequeño botón del aparato y espero. Después de unos segundos una imagen holográfica del erizo negro apareció sobre la pantalla de aquel aparato.

– ¿Qué sucede? – Preguntó malhumorado.
– ¿Así saludas a tu amiga? Que descortés – Se quejo la murciélago.
– Solo dime qué quieres.
– Ah, pues quiero tu Chaos Emerald y de paso la Master Emerald, ¿Crees que puedas dármelos?
– ¡Rouge! – Grité. No tenía tiempo para eso.
– ¡Ah! Oye, no te enojes. No deberías pasar mucho tiempo con Shad, ya te pareces a él.
– ¿Quién esta ahí? – Preguntó Shadow.
– Ah, es Amy. Quiere hablar contigo.
– Entonces préstale tú comunicador para…
– Preferiría que fuera personalmente – Interrumpí.
– En este momento estoy ocupado.

Suspire con disgusto.

– ¿Podría ser mañana? – Pregunté.
– Bien. Te veré en tu casa.
– ¡Hey! – Intervino Rouge – ¿Qué piensan hacer? – Preguntó con una sonrisa maliciosa.
– Nada de lo que piensa tu pervertida cabeza – Dijo cruzándose de brazos.
– Malpensado. Yo pregunté de buena manera.
– Tu sonrisa me dijo otra cosa.
– ¿Acaso no puedo sonreír? – Se defendió.
– ¿Acaso no puedes callarte?
– Yo no me voy a callar ¡Cállate tú!
– ¿Por qué debería? Pervertida.
– Pervertido el que contesto.
– Más bien la que comenzó a hablar de eso.

Rodé los ojos. Decidí irme, pues ya no quería escuchar su "conversación", además, tenía cosas en que pensar. Si realmente hubiese sido un sueño ¿Por qué pareció tan real? No… no podía ser, algo no encajaba. Esperaba que con la ayuda de Shadow pudiera resolver alguna de estas dudas que rondaban por mi mente, pero lamentablemente las respuestas tendrían que ser contestadas el día siguiente.

4. Suceso inesperado

– Parece que aun no lo entiendes – Escuché una voz.

Abrí mis ojos, no sabía dónde me encontraba, solo había oscuridad a mi alrededor.

– ¿Entender qué? – Pregunte, buscando al dueño de aquella voz.
– Necesitas salir de ahí.
– ¿De qué estás hablando? – Pregunté confundida.
– Te está matando lentamente, ¡Tienes que reaccionar! – Me gritó, poco después logre reconocer aquella voz.
– ¿Eres tú, S...?
– No podemos ayudarte – Me interrumpió – Tienes que hacerlo tu sola, confiamos en ti – Su voz desaparecía poco a poco, como si se estuviera alejando.
– ¡No! ¡Espera! – Grité, pero antes de que pudiera hacer algo una luz blanca me dejo cegada, lo único en lo que fui capaz fue en cerrar mis ojos…

Desperté. Cuando tuve clara mi vista, observe que me encontraba en mi habitación. Me levante de la cama hasta quedar sentada en ella. Me quede pensativa. ¿Qué había significado ese sueño? ¿A qué se refería con todo eso? Quizás no era importante, quizás… era solo un simple sueño.

Me puse de pie y fui a tomar una ducha, era lo que necesitaba para estar a mis cinco sentidos completamente.

Unos 10 minutos después salí del baño. Envuelta en una toalla, me dirigí al closet y lo primero que vi fue lo que me puse. Era una blusa blanca de cuello y mangas rojas, con un corazón rojo en medio a la altura de mi pecho. Jeans azules y unas botas blancas.

Observé el reloj, eran las 8:26 am. Era extraño, por alguna extraña razón pensé que era más tarde.
Finalmente salí de mi hogar. Decidí dar un paseo así que elegí ir a un lago que había encontrado hace cuatro años atrás.

El camino fue tranquilo. Después de 15 minutos después llegue a mi destino. Frente a mis ojos se encontraba aquel hermoso lago de agua cristalina, rodeado por un campo de flores de distintos colores. Contemple el lugar por unos minutos, hace tiempo que no pasaba por ahí, no recordaba lo bello y tranquilo que era aquel lugar.

Tome una flor amarilla y la acomode entre mi cabello. Me recosté sobre el suelo, cerca del campo de flores ya que su aroma me hacía sentir bien. Cerré mis ojos por un momento, tratando de relajarme.
Sentí la intensa luz del sol dándome directo, no sabía cuánto tiempo había estado recostada sobre el suelo, al parecer me había quedado dormida. Me levanté y me dirigí al árbol más cercano para refugiarme de los rayos del sol. Estaba a punto de sentarme debajo de el arbol, pero algo me llamo la atención. En el tronco del este estaban grabadas un par de letras dentro de un corazón.

– Que tonta fui – Sonreí tras recordar el significado de esas letras.
– ¿Por qué lo dices? – Sobresalte al escuchar a alguien detrás de mí. Me gire y observe a mi oscuro amigo.
– Por algo que eh visto.

Shadow observo el tronco que se encontraba a mis espaldas.

– "A + S" ¿Amy mas Sonic? – Preguntó – Realmente te gusta ese erizo azul.
– Bueno... Jeje – Reí nerviosa.
– ¿Sucede algo? – Preguntó, parecía un poco confundido.
– Ah... Pues... sobre las letras…

El erizo azabache volvió a ver aquellas letras. Noté que arqueó una ceja, luego abrió un poco más los ojos, parecía sorprendido.

– ¿Acaso la "S" es de…?
– Ah… este…
– ¡¿Qué?!
– ¡Fue hace dos años! – Dije inmediatamente.

Baje la mirada, sentí que me sonrojaba. Levante un poco la mirada, vi que me estaba dando la espalda, cosa que me preocupo.

– No…no estarás enojado conmigo… ¿O sí? – Pregunte, acercándome cuidadosamente hacia él.
– ¿Por qué debería estarlo? – Contesto con un tono tranquilo.

Me acerque un poco más a él. Estaba a solo unos cuantos pasos para llegar a su lado pero observé algo que me había llamado la atención. El estaba… ¿Sonrojado? Eso era algo raro de él, jamás lo había visto así. Se giro y camino hacia mí, cosa que me intimido un poco. Cerré los ojos, pero los abrí de golpe al sentir sus brazos alrededor de mí, eso me impresiono…

– Feliz cumpleaños, Rose - Susurró.
– ¿Cumpleaños? – Pregunté.
– Es hoy, ¿Acaso no lo recuerdas?
– La verdad no…
– Pues ahora lo sabes – Dijo separándose de mí.

Me tomo del mentón con su mano y me obligo a verle. Observé por largo tiempo sus hermosos ojos rubí, jamás los había visto tan cerca.

Cerré mis ojos y corte la poca distancia que nos separaba, dándole un pequeño beso en los labios.
Trate de separarme pero me atrajo hacia él, evitando que lo hiciera. Poco a poco sentí como bajo sus manos hasta mi cintura así que yo rodeé su cuello con ambos brazos, juntando nuestros cuerpos aun más. Aquel tímido beso se convirtió en uno apasionado, parecía que no me quería dejar ir por ningún motivo. Era algo extraño y a la vez cómico, siempre pensé que mi primer beso seria con ese erizo que me tenía loca de pequeña, pero resulto ser con su rival. En ese momento recordé las iniciales grabadas en el tronco del árbol… "– Amy + Shadow" pensé. Hace dos años me había enamorado de él. Mis esperanzas con Sonic se iban agotando. Estaba destrozada, pero Shadow me ayudo en esos tiempos de tristeza, fue entonces cuando comencé a interesarme por él hasta que llegue a enamorarme, pero sabía que iba ser la misma historia como con Sonic: Él jamás correspondería mis sentimientos… pero ahora me eh dado cuenta de que estaba completamente equivocada.

– ¡¿Qué estás haciendo?!

Ambos nos separamos al escuchar aquella voz. Me sorprendí al ver de quien se trataba.

– ¡¿Qué demonios hacías besándola?! – Preguntó nuevamente, elevando su tono de voz.
– Sonic, cálmate – Le pedí.

Lo mire a los ojos, había enfado en ellos, pero a la vez tristeza

– Tú no te metas – Dijo molesto.
– ¿Por qué estas así, eh? – Pregunte, elevando mi tono de voz - ¿Acaso estas celoso? – Pregunte, poniendo énfasis en la última palabra.
– ¿Celoso? ¿Yo? Jaja, no me hagas reír.
– En ese caso – 5ntervino Shadow – Déjanos continuar con lo que hacíamos.

Shadow me tomo de la cintura con una mano y me atrajo hacia él. Cerré los ojos. Sentí su respiración en mi rostro. Espere a que nuestros labios se volvieran a unir, pero un grito interrumpió el momento…

– ¡No te atrevas!

Escuche un golpe. Abrí mis ojos y vi a Sonic alzando su brazo con el puño cerrado. Mire a mi derecha y vi a Shadow en el suelo. Se limpio la pequeña línea de sangre que salía de su labio mientras se ponía de pie. Estaba impactada, no era capaz de moverme, nunca había visto a Sonic golpeando a Shadow, no desde hace tres años…

– ¡Maldito! – Gruño una vez de pie – Te arrepentirás por haberme golpeado, Faker
– Eso lo veremos

Ambos comenzaron a pelear. Yo solamente observaba la batalla, lo cual era un poco difícil por causa de la gran velocidad que ambos erizos tenían. Tenía que detenerlos, sabía que de una forma u otra tenía que hacerlo. Convoque a mi martillo gigante y corrí hacia ellos.

Sonic fue enviado unos cuantos metros atrás al ser golpeado en el pecho por Shadow. Se puso de pie y corrió nuevamente hacia el erizo negro, pero logre interponerme en su camino golpeando con mi martillo el suelo, dejando un gran hoyo en el.

– Hazte a un lado, Amy.

Negué con la cabeza, observando el suelo.

– Quítate.
– No… – Susurre.
– ¡Que te quites!
– ¡NO! – Grite.

Escupí sangre y después caí de rodillas. Coloque mis brazos alrededor de mi estomago. Dolía, dolía demasiado…

– ¡Idiota! – Escuche gritar a Shadow - ¡¿Por qué rayos la has golpeado?!

Levante mi mirada. Vi al erizo de púas azuladas acercándose a mí. Por primera vez en mi vida temí de aquel erizo. Cerré fuertemente mis ojos esperando otro golpe de parte de él, cosa que nunca llego. Abrí mis ojos y vi su mano alzada hacia mí. Dude por unos segundos pero decidí tomarla. Me ayudo a levantarme y luego me abrazo. Yo no pude hacer nada, aun estaba impactada de lo que había pasado anteriormente.

– Perdóname – Susurro en mi oreja.

Una gota de agua cayó en mi cabeza. Estaba a punto de decir algo, pero un fuerte golpe en mi nuca me hizo callar. Poco después sentí como caía al suelo, todo se había vuelto oscuro.

Había caído inconsciente… o eso crei...

3. ¿Déjà vu?

Desperté. Abrí mis ojos rápidamente sin tener una visión clara del lugar donde me encontraba y me levante casi de un salto. Note que respiraba agitadamente, sudaba frio… no recordaba él porque, ¿Quizás un mal sueño? Comencé a ver claramente el lugar, poco después me di cuenta de que me encontraba en una habitación, y por la forma y cosas que había en el deduje que era un hospital. Me volví a recostar ya que habia comenzado a sentir un dolor de cabeza.

El ruido de la perilla me llamo la atención. Enfoqué mi mirada a la puerta ahora abierta, donde observé a mi joven amiga junto con su fiel chao, con un florero con flores rosas en las manos.

– ¡Amy! Me alegro verte despierta – Me dijo.
– Me da gusto también en verte.

Ella se acerco a la mesa que se encontraba a un lado mío y coloco el florero. Se giro un poco hacia mí y me abrazo, cosa que me dejo sorprendida. Ya estaba acostumbrada a sus abrazos, pero algo se me hizo extraño.

– No sabes lo preocupada que estaba – Dijo separándose de mi.

La observe detenidamente, me parecía extraño, sentía como si eso ya huera pasado, ¿Acaso seria un… deja vu?

– ¿Amy? – Escuche llamarme, cosa que me saco de mis pensamientos.
– Ah… lo siento Cream – Dije apenada.
– No te preocupes. Le avisare al doctor que ya has despertado – Dijo saliendo rápidamente de la habitación.

Cerré mis ojos. Trate de buscar una explicación a lo que estaba ocurriendo pero no podía. Lo que tampoco entendía era el cómo había llegado al hospital, ni siquiera recordaba algún accidente que me hubiese ocurrido como para que me enviaran ahí. Me dolía la cabeza, también el estomago. Con mis manos inspeccioné lo segundo, pero no tenía nada fuera de lo normal, quizás se debia al hambre que tenia.

– ¡¿Rose?! – Sobresalte al escuchar mi nombre.
– ¿Ah? Lo siento – Me disculpe.
– Bueno, no importa – Escuché decir.

Dirigí mi mirada al doctor, me parecía conocido…

– Veo que finalmente te has despertado.
– ¿A qué se refiere?
– Has estado inconsciente casi tres días.
– ¿Tres días? Vaya… – Susurré.

Se acerco a mí y coloco su mano en mi frente, segundos después la retiro, saco una pluma de su bolsillo y anoto en las hojas que tenia sujetas en su tabla. Yo lo mire fijamente y espere a que hablara.

– Bien Amy, ya estás en buenas condiciones. Podremos darte de alta esta tarde – Después de decir esto salió de la habitación.

Cream entro junto con Cheese, ambos con una expresión alegre en sus rostros.

– ¿Escuche bien? ¿Te darán de alta hoy? – Preguntó.
– Si…
– ¡Qué bien! – Dijo dando pequeños saltos a la vez que abrazaba a Cheese

Suspiré. Luego observe a mi amiga.

– Cream… ¿Por qué estoy aquí? – Pregunté, interrumpiendo su pequeña celebración.
– ¿Eh? ¿No lo recuerdas?

Negué con la cabeza.

– Bueno… Un erizo blanco te dejo inconsciente con sus poderes y, ahm… es todo lo que me han dicho.
– ¿Erizo… blanco? – Susurré para mi.
– ¿Por qué la pregunta? – Preguntó confusa.
– Ah… Es solo que no recordaba.
– Está bien – Sonrió alegremente – Por cierto, Tails, Knuckles y Sonic me dijeron que vendrán en unos cuantos minutos.
– Gracias por el aviso.

Minutos después, Tails y Knuckles llegaron, algo me decía que aquel erizo azul no iba a venir.

– Hola Knuckles, hola Tails – Saludé.
– Hola Amy – Saludaron unisonó.
– ¿Dónde está Sonic? – Pregunté.
– Realmente no sabemos, solo nos dijo que tenía algo que hacer. Creo que dijo que vendría dentro de una hora – Respondió Tails.
– Ya veo, bueno, no importa – Comente sin pensarlo.

La mirada de los cuatro se posaron en mí, cosa que me molesto un poco.

– ¿Sucede algo? – Pregunté frunciendo un poco el ceño.
– Eh… no, nada – Dijo Tails.

Después de eso comenzamos a platicar, o mejor dicho comenzaron ya que no preste atención, tenia cosas más importantes que pensar, por ejemplo, ¿por que todo se me hacia extrañamente familiar?, si se trataba de un deja vu, este había sido demasiado largo.
Observé entrar al doctor con una silla de ruedas. Dirigí mi mirada al reloj, ya eran las 6 de la tarde, no me había dado cuenta lo rápido que se había ido el día. Suspiré, me levante de la cama y con cierta dificultad camine hacia la silla de ruedas. Cream me ayudo después empujando la silla.
Salimos del hospital y por alguna razón mire un camino a la derecha, sentía que alguien estaría ahí, pero me equivoque.

– ¿Amy? – Escuche a Cream llamarme.
– ¿Eh?
– ¿Qué es lo que ves?
– Ah... nada, solo me pareció ver algo
– ¿Y que fue ese algo?
– No tiene importancia… Por favor ¿Me llevas a casa?
– ¡Claro!
– Nos vemos luego, Tails y Knuckles
– Igualmente – Dijo Knuckles, despidiéndose con la mano.
– Cuídate mucho, no dudes en hablarnos si necesitas algo.
– De acuerdo Tails, gracias a ambos por venir.

Después de eso, Cream junto con Cheese me llevaron a mi hogar. Cheese se colocó en mis manos, donde poco después se quedo dormido, parecía un pequeño angelito. Escuché a Cream hablar de lo que había ocurrido en los últimos tres días. No preste mucha atención, no era que no me importara, si no que aun seguía pensando en lo raro que se me había hecho ese día.

– Llegamos – Dijo deteniéndose y después se adelanto para abrí la puerta de mi pequeña casa. Abrió la puerta al máximo y luego regreso conmigo para empujar de la silla de ruedas, le dije que no era necesario, que yo podía caminar, además, ahora se trataba de una pequeña distancia.

Agradecí a Cream por la ayuda. Ella solo me sonrió, tomo a Cheese en sus manos y luego se despidió para después irse. La observe alejarse, apreciaba todo lo que ella hacía por mí. Por más que he tratado de regresarle todos aquellos favores ella me ha contestado que con mi amistad era más que suficiente.

Regrese a la realidad y entre a la casa empujando la silla de ruedas, quizás me haría falta, pues quien sabe si el día siguiente la necesitare. Coloque la silla a lado del sofá y después, con ayuda de mi Piko Piko Hammer, me dirigí a mi habitación. Una vez ahi me recosté en mi cama por causa del cansancio, me había costado mucho caminar en estas condiciones, pero lo importante es que lo había logrado. Deje de pensar por un momento en todo lo demás y cerré mis ojos para descansar unos minutos, pero sin que supiera como o cuando, ya me había quedado dormida.

2. Un final del comienzo

Leves rayos de sol entraron por mi ventana, dando directamente a mi rostro. Fruncí un poco el ceño mientras poco a poco abría mis ojos. Observe el reloj, marcaba las 12:38 de la tarde. Di un largo bostezo y después me levante de la cama. Aun somnolienta me dirigí al baño para darme una fresca ducha con agua fría.

Veinte minutos después, salí del baño envuelta en una toalla y camine hacia el ropero. Miré toda la ropa que guardaba ahí, era bastante, pero no tarde en seleccionar lo que usaría ese día ya que una cierta amiga mía me dio unas prendas para mi cumpleaños.

Hace casi un mes, Rouge me dio unas prendas, me pidió –O más bien, me reto– que las usara en mi cumpleaños. Nunca entendí el porqué de ese reto, pero yo gustosa acepte hacerlo.

Saque por primera vez aquella ropa de la caja, pues anteriormente no tenía ningún interés en probármela o por lo menos en verla. Una vez puesta la ropa, me dirigí al baño para observar cómo me quedaba. La blusa era roja con tres corazones negros alineados verticalmente en la parte superior derecha. La falda era un poco corta para mi gusto, era negra con un listón rojo que asimilaba a un cinturón, dejando caer dos largos listones en el lado izquierdo de la falda. Las botas me llegaban casi hasta las rodillas, al igual que la falda, eran negras. Esperaba algo así viniendo de parte de aquella chica murciélago, pero la ropa que me dio realmente me gustaba, aunque sabía que no era mi estilo.

Finalmente salí de mi casa, comencé a caminar sin destino alguno, solo quería disfrutar de aquella hermosa tarde

– Así que si lo hiciste – Escuché una voz detrás de mí. Me gire rápidamente, sobresaltada.
– ¡Me asustaste! – Le reclame a la murciélago.
– ¿Qué te asuste? ¿Yo? ¿La chica más bella que haya existido?
– Bueno, bueno, ya. ¿Qué haces aquí? – Pregunté, cruzándome de brazos.
– ¿Crees que soy olvidadiza? ¡Vengo a felicitarte! – Exclamó sonriente, dándome un fuerte abrazo, tan fuerte que casi no me dejaba respirar.
– Ah… Rouge… – Logre decir.
– ¿Humm? – Me suelta – Lo lamento – Dijo con una sonrisa nerviosa mientras yo comenzaba a toser.
– No te preocupes – Dije una vez ya recuperada.
– Y bien Rose, ¿Qué tienes planeado hoy? ¿Tendrás fiesta? – Preguntó con una sonrisa maliciosa.
– De hecho no he planeado nada – Dije desinteresada.
– Pues muy mal jovencita – Dijo con tono molesto – Pero no es tan tarde, yo te hare una súper-mega-fiesta.
– Ehm… no es necesario Rouge.
– Calla, yo me encargo…

Y con eso, comenzó a volar y, tan rápido como llego, tan rápido se fue.

Suspire y seguí mi rumbo. Llegue a un parque, casi no había gente pues estaba muy lejos de la ciudad. Camine hacia una pequeña colina que se encontraba cerca de ahí y me senté debajo de un árbol. Gracias a la sombra que daban las hojas del árbol no me daban directamente los rayos del sol, me recosté sobre el tronco y vi las verdes hojas moviéndose al ritmo del viento. Poco a poco mis parpados comenzaron a cerrarse, luchaba por mantenerme despierta, pero en esa pelea perdí ya que poco tiempo después caí dormida.

Abrí mis ojos. Ya no estaba en aquella tranquila colina, sino que me encontraba en un bosque, un bosque realmente familiar. Inspeccione con la mirada el lugar pero un sonido me hizo sobresaltar, me gire rápidamente pero no vi ninguna señal de vida.

– ¿Hay alguien ahí? – pregunte gritando, pero no recibí respuesta alguna

Sentí un escalofrió recorrer mi espalda y después dos manos me tomaron de la cintura

– No temas… – Dijo con una voz tranquila. Esa voz me era familiar.
– ¿Quién… eres? – Logre preguntar.
– Mi nombre no tiene importancia… - Susurró en mi oído.

Coloco su nariz en mi cuello y empezó a olfatearme, cosa que me desagrado mucho.

– Me gustas… Creo que serás una buena sirvienta.
– ¿Qué?
– Sería una pena si no lograras salir de aquí…
– ¿De qué hablas?
– Pronto lo descubrirás

Besó mi cuello y después me soltó. Rápidamente me gire pero él ya no estaba. Vi, a unos metros, como alguien con capucha negra estaba parado enfrente de un inerte erizo azul, y a unos cuantos metros de él, se encontraban Tails y Knuckles, gravemente lastimados. Lagrimas comenzaron a salir de mis ojos...

– Sonic… ¡SONIC!
– ¡Aaaaaaaah! – Grité, levantándome de golpe.
– Hey ¿Tuviste una pesadilla? – Escuche una voz a mi lado derecho.
– ¡¿Sonic? – Exclame sorprendida, no esperaba verlo ahí.
– El mismo – dijo con su típica sonrisa.

Su mirada cambio y con su dedo rozó mi mejilla, limpiando la lágrima que resbalaba por ella.

– ¿Qué te sucedió? – Preguntó, con un tono preocupado.
– Solo… solo fue una pesadilla – Dije dirigiendo mi mirada a otro lado. Apenas me había dado cuenta de que estaba en la colina.
– Pues tuvo que ser muy real como para que lloraras.
– Sí… Por cierto, ¿Qué haces aquí? – Pregunté, cambiando de tema.
– Ah, me mandaron a buscarte, y pues como te encontré dormida, entonces decidí esperar – Dijo mientras se recargaba en el tronco del árbol.
– ¿Y cuanto tiempo esperaste?
– Humm… unas tres horas.
– Oh, lo siento mucho – Le dije avergonzada.
– No te preocupes… Por cierto, te vez muy bien así – Dijo observándome de abajo hacia arriba.
– Oh, g-gracias – Tartamudeé, levemente sonrojada.
– Vamos, los demás te esperan – Dijo poniéndose de pie.
– ¿A dónde vamos? – Pregunté, mientras que él me ayudaba a levantarme.
– Ya lo veras. Ven, súbete a mi espalda, no hay tiempo que perder.

Aun dudosa, me subí en la espalda de Sonic. Me aferré en su cuello para no caerme mientras el corría en su supersónica velocidad.

Pocos minutos después, llegamos a la casa de Tails, no entendía a que habíamos ido ahí, así que deduje que iba ser una fiesta sorpresa. Al entrar todo estaba apagado y al cerrar la puerta, las luces se encendieron y ahí se encontraban todos mis amigos. Había acertado: se trataba de una fiesta sorpresa.

– ¡Feliz cumpleaños! – escuche decir a todos en coro.
– ¡Muchas gracias! – Fingí estar emocionada.

Cream y Cheese me dieron un gran abrazo, seguidos por Tails, después Vector y Charmy se unieron a la fila y me dieron un asfixiante abrazo. Espio me sonrió mostrando su pulgar en alto y Knuckles me dio un leve golpe en la espalda. Shadow me dio un apretón de manos junto con un "Muchas felicidades Rose"

La fiesta comenzó. Vector fue el Dj de la fiesta. Comenzó con canciones muy movidas, vi como la mayoría bailaba alegremente. Yo no sentía ganas de bailar, así que fui a sentarme en una de las sillas cercanas a la mesa de bocadillos.

– ¿Por qué no estás bailando? – Escuche a Shadow preguntar. No me había dado cuenta de que él se encontraba ahí.
– No tengo ganas – Le conteste.
– Algo te preocupa, ¿Cierto? – Pregunto con su típico tono serio.
– Bueno… algo así…
– ¿Quisieras compartirlo?
– Me gustaría, pero… creo que no es el momento para eso…
– De acuerdo, sabes que puedes contar conmigo – Dijo mostrando una media sonrisa.

Desde hace tiempo Shadow y yo éramos más unidos. Siempre lo ayudaba en todo lo que podía y él me regresaba el favor. Lo consideraba como mi hermano mayor. Podría decir que gracias a mi él ha sido un poco más alegre.

– ¡Amy! – Escuche gritarme Sonic.
– ¿Qué sucede?

Tomo mi mano y en ella colocó una rosa naranja. Mire confundida al erizo azul pero este solo me guiñó el ojo y se fue a platicar con Tails y Espio. Miré la rosa, aun extrañada por el color ya que siempre me regalaba una rosa azul. Escuché una leve risa a mi lado. Al voltear vi a Shadow sonriendo un poco. Eso me confundió aun más pero decidí no preguntar.

Eran las 8:56 de la noche, la fiesta llegaba a su fin. Las luces comenzaron a titilar hasta que finalmente se apagaron. Un fuerte estruendo se escucho afuera así que todos salimos a ver lo que sucedía. Observamos humo en el bosque.

– Vaya, parece que hay fiesta haya ¿Qué tal si nos unimos? – Dijo Sonic, antes de ir corriendo hacia el bosque.

El único que pudo alcanzarle fue Shadow, los demás nos fuimos corriendo, a excepción de Rouge y Charmy, quienes se fueron volando.

Minutos después logramos encontrar al causante del humo, era un robot quien destruía e incendiaba los arboles del bosque.

– Vaya, pensé que no vendrían – Dijo una voz que provenía desde la parte superior del robot.
– Eggman – Escuché a Sonic mencionar con un cierto tono de desprecio.
– Así es mi estimado erizo azul. Ahora, te presento a mi nueva cre-
– Bla, bla, bla. Dejemos las presentaciones después y vayamos directo a la acción – Dijo Sonic interrumpiéndolo, cruzándose de brazos.
– ¿Por qué la prisa? ¿Tienes planes para esta noche? – Pregunto con un tono burlón.

Observe algo sospechoso; Eggman había movido su mano izquierda, quizás había tecleado algo. Mire a los que estaban a mí alrededor pero parecía que nadie se había percatado de eso. Dirigí mi mirada nuevamente a aquel científico, y por la forma que sonreía, supuse que tenía algo planeado.

– Hahaha – escuche reír al científico - ¿Con que es eso?

Salí de mis pensamientos moviendo un poco mi cabeza, luego note que Eggman me observaba. Observe a Sonic y a Shadow, quienes se encontraban enfrente del robot, el primero estaba levemente sonrojado, el segundo me observaba con una leve sonrisa, no entendí porque… Dirigí mi mirada a otro lado, algo extraño llamo mi atención…

Una pequeña esfera blanca se formaba entre los árboles, era muy difícil de ver a causa del fuego que nos rodeaba. La esfera, al ser disparada, se convirtió en un rayo, mire a quien se dirigía y por impulso fui corriendo hacia él.

– ¡Sonic! ¡Cuidado! – Le grité
– ¿Qué?

Al ver que no se movió, no me quedo de otra más que empujarlo. Me quede tranquila al ver a Sonic a salvo, pero un dolor insoportable sentí en el estomago. Quise moverme un poco pero no pude.

– ¡Amy! – Escuché gritar a mis amigos con cierto miedo

Escupí sangre y luego coloque mis manos en mi estomago, sentí algo extraño… Baje la mirada y, aterrada, vi un hoyo en mi estomago. Aquel rayo me había atravesado por completo.

– ¡No! – Gritó alguien, pero no logre reconocer la voz.

Mi vista comenzó a nublarse. Caí de rodillas y luego de lado, golpeándome fuertemente mi hombro izquierdo. Poco a poco mis sentidos comenzaron a debilitarse, hasta que al final, lo único que vi fue oscuridad…

1. Un mal presentimiento

Lentamente abrí mis ojos. La intensa luz blanca me cegaba pero poco a poco logre acostumbrarme a ella. Observé el lugar donde me encontraba, ya no era en aquel bosque, sino que estaba en una habitación, supuse que me encontraba en el hospital. Me incorporé de la cama hasta quedar sentada para contemplar mejor el lugar. Observé la habitación de derecha a izquierda, la primera puerta que vi se encontraba cerrada. La segunda puerta que vi casi al frente de mi estaba abierta, dentro se podía observar un espejo ovalado en la pared y un lavamanos. En la esquina superior izquierda, en una base, se encontraba una televisión apagada. Luego vi las unas cortinas blancas casi completamente cerradas, leves rayos de sol se asomaban de lo que se veía de la ventana, debía ser muy temprano.

Escuché abrirse la puerta y un florero con rosas rosadas fue lo primero que apareció, seguido por una conocida conejita de color café. Volando al lado de ella había estaba su fiel amigo.

– ¡Amy! Me alegro verte despierta – Me dijo con su dulce voz.
– Hola Cream, hola Cheese – Saludé con una sonrisa marcada en los labios.

Cream se acerco y colocó el florero en la mesa que se encontraba a mi derecha, después se giro a mí y me dio un agradable abrazo, yo con gusto correspondí el gesto.

– No sabes lo preocupada que estaba – Dijo separándose de mi.
– Lo siento mucho Cream – Le dije tratando de calmarla.
– ¿Te encuentras bien?
– Sí. Mucho mejor.
– ¡Qué bueno! Le avisare al doctor que ya has despertado – Dijo corriendo hacia la puerta por donde había entrado. Antes de que le pudiera decir algo ya me encontraba sola en la habitación.

Unos cuantos minutos después vi entrar a un gato azul, como de unos 30 años. Tenía una bata blanca puesta y una tabla con unas cuantas hojas sujetas a ella.

– Buenos días Amy – Me saludo amablemente
– Buenos días.
– Veo que finalmente te has despertado.
– ¿Finalmente?
– Has estado inconsciente casi tres días.
– ¿¡Tres días! – Pregunte sorprendida.
– No te alteres, no tiene nada de malo – Dijo con un tono calmado.

Se acerco a mí y colocó su mano en mi frente, segundos después la retiro y saco una pluma de su bolsillo y anotó algo en su hoja. Me miró determinadamente y luego siguió anotando en su hoja. Después de unos minutos finalmente hablo.

– Bien Amy, ya estás en buenas condiciones. Podremos darte de alta esta tarde – Dijo antes de salir de la habitación.

La puerta no permaneció cerrada ni un segundo ya que rápidamente Cream junto con Cheese entraron.

– ¿Escuche bien? ¿Te darán de alta hoy? – Pregunto entusiasmada.
– Así es – Dije sonriendo.
– ¡Qué bien! – Dijo dando saltitos, abrazando a Cheese, quien solo podía decir "Chao, chao".

Aun teniendo once años, Cream no dejaba de ser la encantadora conejita que considero como mi mejor amiga. Sigo sin saber cómo es que puede ser tan inocente y amable, ella era la única que conocía con esa forma de ser.

– Por cierto… – Comenzó a decir – Tails, Knuckles y Sonic me dijeron que vendrán en unos cuantos minutos.
– Ehm… gracias por el aviso.

Pero esos "cuantos minutos" solo fueron por Tails y Knuckles. Sonic no se encontraba con ellos.

– Hola Knuckles. ¿Qué hay Tails? – Salude.
– Hola Amy – Dijeron unisonó.
– ¿Dónde está Sonic? – Pregunte.
– Realmente no sabemos, solo nos dijo que tenía algo que hacer. Creo que dijo que vendría dentro de una hora – Respondió Tails.
– Algo me dice que no quiere verme… - Dije bajando la mirada.
– ¿Por qué dices eso? – Me pregunto Cream.
– Creo que está enojado conmigo, ya saben, por haber sido un estorbo en la última misión – Dije con un tono amargo, apretando mis puños.
– No digas eso, trataste de ayudar – Dijo Knuckles.
– Pero tu igual sabes que no hice en nada, solo me puse nuevamente en peligro y a ustedes tratando de salvarme – Dije, tratando de que las lágrimas no abandonaran mis ojos.

Cambiamos de tema. Trataron de hablar de cosas más alegres, como sobre mi cumpleaños el día siguiente, cumpliría dieciocho, no estaba tan feliz por eso, sería un cumpleaños igual que todos: Una pequeña celebración en casa de Tails, regalos de parte de mis amigos, Sonic regalándome una rosa azul dándome a entender la confianza que tiene en mi, entre otras cosas.

Ya eran las 6 de la tarde. El doctor que anteriormente me había atendido volvió para darme de alta. Traté de levantarme pero mis piernas no respondían, imaginé que era a causa de todo el tiempo que estuve en cama. Creo que el doctor ya sabía que eso pasaría así que vino preparado con una silla de ruedas. Con ayuda de Knuckles y Tails logré sentarme en aquella silla. Realmente me sentía muy incomoda, yo que quería era dar un paseo para despejar mi mente, pero por el momento no podía hacer eso.

Salimos de la habitación, Cream era la que me ayudaba empujando la silla. Una vez afuera del hospital logre divisar a lo lejos a aquel erizo azul, no estaba de humor como para soportar sus regaños por lo que paso. Le pedí a Cream alejarnos del lugar y, como si Sonic me escuchara, aceleró el paso como él solamente sabia y en unos cuatro segundos ya se encontraba con nosotros.

– Hola a todos – Saludo alegremente.
– Hola Sonic – Dijeron los demás en coro, yo por alguna razón no pude ni emitir un sonido.
– Humm… ¿Podríamos irnos? – Le pedí a mi amiga.
– Yo llevare a Amy a casa, Cream.
– Ehm… de acuerdo – Escuche decir.
– En ese caso, puedo irme sola – Dije, tratando de levantarme de la silla.
– ¡Te vas a caer! – Escuche a Tails decir, pero no le hice mucho caso.

Logre dar unos siete pasos, pero fue lo único ya que después tuve que colocar una rodilla en el suelo, me resultaba muy difícil caminar.

– ¡Amy! ¿Estás bien?
– Estoy bien, Cream, solo que un poco cansada.
– Siéntate en la silla, yo te llevare – Me dijo Sonic, acercándose con la silla.

Sin ninguna otra opción, me levante con las pocas fuerzas que tenia y me senté en la silla de ruedas.

– Nos vemos luego chicos – Se despidió.
– ¡Adiós chicos! – Ne despedí, fingiendo una sonrisa.

Después de una corta despedida, emprendimos camino a mi hogar. Hubo un incomodo silencio entre nosotros, solo el canto de los pájaros y el sonido de las hojas moviéndose por el aire era lo que se lograba escuchar. Pensé en algo para comenzar una conversación pero él se me adelanto.

– Mañana es tu cumpleaños ¿No estás emocionada?

No era la conversación que esperaba, pero era mejor que estar en ese incomodo silencio.

– Pues… no tanto.
– ¿Eh? ¿Por qué? Hace unas semanas no parabas de hablar de eso.
– No sé, solamente no quiero que sea mañana.
– ¿Acaso algo malo pasara?
– Eso creo, tengo un mal presentimiento.
– Oh, pues no te preocupes, yo estaré ahí para salvarte.

Fruncí el ceño. Eso último realmente me molesto.

– No necesito que me salves, yo sé cuidarme sola – Le dije con tono amargo.
– ¿Enserio? Eso no pareció en la última misión – Dijo tratando de bromear.
– Ese erizo me tomo desprevenida, es todo.
– Entonces todo te toma desprevenida, ¿Cierto?
– Mejor cállate.
– Oye, tú fuiste la que comenzaste – Dijo con un tono molesto.
– No estoy de humor para soportarte – Le dije más molesta.

El silencio regreso. Mire de reojo a Sonic, tenía en ceño fruncido. Suspire para calmarme.

– Lo siento – Le dije una vez ya calmada – No era mi intensión…
– Perdóname a mí, no pensé lo que decía.
– No, tienes razón, no se cuidarme sola, ¡Solo mírame! Recién salida del hospital en una silla de ruedas.
– No dejes que eso te desanime.
– Tienes razón…
– Bien, ya llegamos.

Me ayudo a levantarme. Vio que aun batallaba para caminar así que me tomo entre sus brazos, algo que me hizo sonrojarme levemente. Entramos a mi casa en dirección a mi habitación. Una vez ahí me coloco cuidadosamente en la cama.

– Gracias… – Le dije, evitando mirarlo, ahora estaba muy sonrojada.
– No hay de qué. Debes de descansar, mañana será un día especial – Escuche decirme con un tono alegre – ¡Nos vemos mañana! – Dijo antes de irse.
– Mañana… – Suspire angustiada – ¿Qué será lo que pasara? – Me pregunte.

Sacudí mi cabeza, tratando de alejar ese pensamiento. Me levante con cierta dificultad para ir a tomar una ducha y así después poder caer en los brazos de Morfeo…

Prólogo

Era una noche muy lluviosa, se acercaba una tormenta, pero aun así ahí se encontraban ellos, peleando contra el típico enemigo que deseaba destruir al héroe para así conquistar el mundo, o eso pienso yo.

Quédate aquí, no te metas. – Esas palabras retumbaban en mi cabeza, sigo sin saber cómo unas simples palabras hicieron sentirme tan inútil, quería hacer algo… ¡Debía hacer algo! Ya no era aquella niña de doce años a la que a cada rato tenian que salvar, ya habían pasado cinco años desde aquello…

– ¡Cuidado! ¡A tu derecha! – Escuché a Knuckles gritar. Me asomé para ver a qué se debía ese aviso y vi como Sonic caía bruscamente al suelo. Dirigí mi mirada a su agresor y vi a un erizo blanco, tenía una capa negra la cual se movía con brusquedad a causa de fuerte viento. Su capa cubrió su rostro y al revelarla nuevamente, vi sus ojos posados en mí, mostrándome una sonrisa siniestra. Me escondí nuevamente tras los arbustos, deseando que esa mirada hubiera sido para otra cosa y no para mí.
–¡No te acerques a ella! – Escuché a Sonic gritar, su tono de voz parecía alarmada. Esto me hizo estremecer. Sentí escalofríos, mi corazón palpitaba más de lo normal… tenía miedo…

Escuché detrás de mí una rama rompiéndose, supuse que se rompió al haber sido pisada por aquel erizo blanco. Pensar en eso me alarmo mas. Saque mi martillo y respire profundamente para tratar de calmarme. Escuché otra rama romperse, esta fue más cercana, a solo unos cuantos pasos detrás de mí.
Decidí enfrentarlo. Tome mi martillo con ambas manos, me levanté lo más rápido posible y alcé mi martillo, lista para atacar, pero me quede sorprendida al no ver a nadie enfrente de mí. Sentí un escalofrió recorrer mi espalda, solté mi martillo el cual cayó atrás de mí, no había podido sostenerlo más tiempo a causa de el miedo que tenia en ese instante. ¿Qué debía hacer? Si corría quizás ese erizo me atraparía y si lo enfrentaba, tenía muy pocas posibilidades de ganar, casi nulas.

Me giré lenta y cuidadosamente hasta quedar frente a frente con aquel extraño ser.

– ¡Aléjate de él! – Me grito Knuckles.

Mire fijamente a aquel erizo, quien aun sonreía siniestramente. Por más que quería correr no podía, mis piernas me habían abandonado. Se acercó dos pasos de unos seis que teníamos entre nosotros

– ¡Reacciona! ¡Aléjate de ese erizo! – Escuché a Sonic gritarme y, como si mi cuerpo obedeciera sus ordenes, reaccione y levante mi martillo, lo alcé con ambas manos y me prepare para atacar.

El erizo, al hacer un gesto con su mirada, me dejo paralizada, por más que quería no lograba moverme. Levantó un poco la mirada haciendo que soltara mi martillo, sentí como mis brazos se colocaban a mis costados, despues lentamente se levantaron hasta la altura de mis hombros. Comencé a levitar mientras él se acercaba a mí. No podía hacer nada, mi cuerpo estaba bajo su control...

– Knuckles, hay que ayudarla – Escuche difícilmente a lo lejos.

Sabia que Sonic era rápido, ¿Pero era lo suficiente rápido para salvarme? Después de pensar en eso entendí por que jamás querían que los acompañara en una misión, siempre estorbaba, tenía que aceptarlo, era una inútil, solo lograba meterme en problemas, pero estaba segura de que eso ya no pasaría nuevamente ya que ese extraño erizo blanco me mataría en cualquier momento. Cerré mis ojos y espere a que mi fin llegara...

– ¿Qué sucede? ¿Estás esperando a que te mate? – Me pregunto aquel erizo.
– ¿Acaso no quieres matarme? – Pregunte, abriendo lentamente mis ojos.
– Me encantaría, pero me gustaría hacerte una prueba.
– ¿Una… prueba? – Pregunte confundida.

No contestó, solo levantó su mano al cielo. Vi como creaba una esfera entre blanca y gris. Lo mire confundida, no entendía que hacía. Lanzó aquella esfera blanca hacia mí sin que yo pudiera hacer algo. Un aura blanca me comenzó a rodear de pies a cabeza. Me senti débil, cada vez más débil…

– ¡Amy! – Escuche a Sonic, con un tono de preocupación. Eso fue lo último que escuche... ya que despues quede inconciente.

Fanfic - Replay

"Cuando algo sale mal, todos quieren otra oportunidad, pero, ¿Qué tal si todas esas oportunidades terminan igual? Amy Rose tiene que encontrar una forma de evitar su muerte, para así evitar repetir la misma historia."


Asi es, comenzaré a publicar un fanfic que, creo yo, ha sido uno de los mejores que he hecho. Tiene misterio, drama, gore, triangulos amorosos y mucho mas. Espero que lo lean y les guste.
Si alguno de ustedes me conoce por medio de fanfiction, pues seguro sabran que historia estoy a punto de poner xD...

Si les gusta, dejen su comentario o piquenle ahi donde dice seguir, se los agradecere mucho ^^