– ¿Dónde… dónde estoy? – Me pregunté. Todo a mí alrededor era oscuridad
– ¡Amy! – Me llamó una voz entre las sombras.
– ¿Qué sucede?
Me quede atónita… esa voz era la mía, pero yo no era la que había contestado.
Todo el lugar comenzó a iluminarse. Antes de que pudiera hacer algo el lugar quedó completamente visible. Me encontraba dentro de una casa. Por las decoraciones y su música supuse que se trataba de una fiesta. Observé el lugar detenidamente, de derecha a izquierda. Vi a todos mis amigos disfrutando de la fiesta, sonreí un poco al verlos tan felices, pero después me quede helada. Sentada, alado de la mesa de bocadillos, me encontraba yo, o más bien dicho otro yo. Observé como Sonic le entregaba una flor naranja, ella la observó confundida. Por alguna extraña razón se me hacia familiar la escena.
El lugar empezó a cambiar. Arboles comenzaron a aparecer a mi alrededor, después se comenzó a incendiar el lugar. Extrañamente no sentía el calor del fuego. Busqué con la mirada alguna señal de vida hasta que encontré a mi otro yo y a los demás. Enfrente del grupo se encontraban dos erizos, quienes observaban un robot, que era controlado por Eggman desde la parte de arriba de la maquina. Una luz blanca captó mi atención. Me acerqué a él, esperando encontrar lo que creaba aquella esfera, pero no encontré nada, solamente la esfera, creciendo mas y mas. ¿Acaso era un robot invisible? Era lo más probable.
El rayo fue lanzado. Me asusté al ver a quien se dirigía. Mi otro yo corrió hacia el erizo azul, salvándolo del ataque, pero ella no pudo evitarlo. Impactada y horrorizada observé como ella era atravesada por el rayo. Escupí sangre, había sentido aquel terrible dolor. Mi vista comenzó a nublarse un poco. Caí de rodillas y coloque ambos brazos alrededor de mi estomago.
– ¡No! – Escuché a Shadow gritar
Observé donde anteriormente se encontraba la esfera. Un erizo blanco se encontraba parado, viéndome mientras sonreía siniestramente.
- Adiós, Amy Rose – Dijo alzando su mano, creando una esfera blanca.
- No… ¡NO!
- ¡Aaaaaah! - Grité.
Me levanté de la cama, asustada. Estaba agitada y sudaba frio. Traté de calmarme al notar que me encontraba en mi habitación.
–¿Qué fue eso? – Me pregunté.
Escuche la puerta abrirse, dirigí mi mirada hacia ella, encontrándome con Sonic.
– ¡Amy! ¿Estás bien? – Preguntó preocupado.
– Eh… si
– Qué alivio… ¿un mal sueño?
– Eso creo…
Observé como él se sentaba a mi lado. Baje la mirada, vi como en mis manos caían unas cuantas gotas de agua, estaba llorando sin que me diera cuenta. Sentí como el erizo azul pasaba su brazo por mis hombros, atrayéndome hacia él, haciendo que me recargara en su pecho. Me sonroje un poco.
– Parecía tan real – Dije tratando de calmarme.
– No te preocupes Amy, ya pasó – Me susurró – Además, yo estoy a-
– En mi sueño… – Interrumpí – ...alguien me mato – Susurre lo ultimo.
– Fue una pesadilla, es todo.
– ¿Pero qué tal si significa algo? ¿Qué tal si fue una visión? ¿O qué tal si…?
Quede inmóvil. Mis labios fueron sellados por los de Sonic. Fruncí un poco el ceño, pues no esperaba que en un momento como ese me besara, pero después de unos minutos, ese gesto me calmo un poco, podría decir que hasta por un momento olvide aquella terrible "pesadilla".
– Sea o no una visión, yo estaré ahí para salvarte.
– Gracias – Agradecí, sonriendo un poco – Necesito... un tiempo a solas, ¿Podrías esperarme abajo?
– No necesitas preguntarlo.
Agradecí nuevamente. No esperaba todo ese apoyo por parte de él, pues anteriormente siempre huía de mí. Reí un poco al recordar los viejos tiempos, al final había logrado estar con el chico que me gustaba, quizás no éramos una pareja oficial, pero por lo que había sucedido el día anterior y hace unos instantes, no tardaríamos en serlo. Fruncí un poco el ceño al pensar en eso.
Tomé una ducha. Giré la perilla del agua y esperé a que se calentara. Después de unos minutos entre a la bañera. Noté que salía un poco de vapor a causa del agua caliente, pero extrañamente yo la sentía fría. Me recargué en la pared, mi cabeza comenzó a doler. Cerré fuertemente los ojos. Imágenes de un bosque comenzaron a aparecer en mi mente. Estaba lloviendo, sentía que no podía moverme.
– ¿Qué sucede? ¿Estás esperando a que te mate?
Escuché una voz, me era realmente familiar. Busqué con la mirada al dueño, se encontraba delante de mí.
– ¿Acaso no quieres matarme? – Pregunté sin saber por qué.
– Me encantaría, pero me gustaría hacerte una prueba.
Alzó su mano al cielo y creó una esfera blanca. Lanzó la esfera hacia mí. No pude hacer nada para esquivarlo, solo cerré los ojos y esperé el impacto.
– ¡Amy!
Abrí los ojos rápidamente. Me encontraba nuevamente en la regadera. Coloque mi mano en mi corazón, tratando así que latiera a su ritmo normal. Me encontraba asustada, pero más que nada… confusa. ¿Acaso esa… prueba de la que me hablo aquel erizo estaba relacionada con mis sueños? Tenía cierta lógica.
Terminé de bañarme. Me enredé en la toalla y salí del baño. Tome del closet una falda roja, una blusa blanca, un chalequito del mismo color que la falda y un par de botas rojas con blanco, estas eran parecidas a las que usaba hace tiempo, solo que estás tenían pelusa en la parte de arriba. Una vez ya cambiada camine escaleras abajo. Me encontré a Sonic sentado en el sofá, no esperaba encontrarlo ahí ya que él era una persona de poca paciencia.
– ¿Piensas ir a algún lado?
– Pues… si… a casa de Tails.
– ¿Se puede saber a qué? – Preguntó, arqueando una ceja.
– Quiero preguntarle algo.
– Bueno… ¿Puedo acompañarte?
– Si quieres.
Ambos salimos de mi hogar. Poco después de prender camino me tomo de la mano, cosa que me hizo sonrojar un poco. Si eso también fuera un sueño desearía jamás despertarme. Agite mi cabeza un poco, debía concentrarme en algo más importante, pero no podía, estar al lado de él me desconcentraba por completo. Maldije mi corazón en ese momento, lo que menos necesitaba ahora era estar enamorada… nuevamente. Me había prometido no volver a amarlo, por todo el sufrimiento que me había hecho hace tiempo, pero después de lo ocurrido, era realmente difícil. Deje escapar una lagrima, sabía que pocas veces lograba lo que quería.
– ¿Qué te sucede? – Me preguntó, limpiándome la lagrima con su dedo índice.
– Nada… solo pensaba.
– ¿Fue por el sueño?
– Si – Mentí.
Me tomó de la espalda y me atrajo hacia él. Sentí como me comenzaba a acariciar mi cabello. Estaba nerviosa, no sabía realmente porque. Cerré los ojos y correspondí el gesto, él me abrazo un poco más, como si no quiera separarse de mí, cosa que me extraño un poco.
– Siempre te protegeré, recuérdalo – Susurro en mi oreja.
Asentí con mi cabeza. Segundos después nos separamos y retomamos el camino, pero antes me tomo de la mano nuevamente. Sonreí un poco.
Observé a la distancia la casa de Tails. A los pocos minutos ya nos encontrábamos frente a la puerta de él. Sonic me soltó la mano y toco el timbre, me sorprendí por su acción, ¿Acaso le apenaba hacerlo frente a sus amigos? Fruncí el ceño al pensar aquello. Suspiré y decidí no tomarle mucha importancia y esperé a que abrieran la puerta.
– ¿Hola?
– ¿Qué tal Tails? – Saludó Sonic.
– ¡Hola Sonic! ¡Hola Amy! – Saludo animadamente el zorro de dos colas.
Tails nos dejo pasar a su hogar. Eché una mirada al lugar, todo parecía normal hasta que encontré debajo de un cojín unas decoraciones, ¿Qué hacia eso ahí escondido? Salí de mis pensamientos al sentir un abrazo de mi joven amigo.
– ¡Felicidades! – Dijo Tails
– Humm… ¿Gracias? – Dije dudosa. Después recordé que era mi cumpleaños, cosa que me dejo momentáneamente atónita.
– ¿Qué les trae por aquí?
– Amy quería preguntarte algo, ¿No es así?
– Ehm… si. Sonic, podrías dejarnos un momento.
Él arqueo la ceja, confundido por mi petición. Asintió con la cabeza y salió de la casa.
– ¿Por qué le pediste eso?
– No quiero distracciones. – Susurré. Observé a mi joven amigo, parecía preocupado – Tails, necesito tu ayuda.
– ¿Qué sucede? – Preguntó con un tono preocupado.
– ¿Recuerdas al erizo que peleó contra Sonic y Knuckles?
– Uhm sí, pero ¿Qué tie-
– Necesito que recolectes información de él – Lo interrumpí.
– ¿Qué? ¿Para qué?
– Eh tenido extraños sueños… y creo que están relacionados con ese erizo blanco. Por favor Tails – Le rogé.
– Podría intentarlo, pero no te aseguro nada.
– Muchas gracias – Le agradecí, ahora podía estar un poco más calmada.
Salí del lugar. Me extrañó no ver al erizo azul, pero pensaba que era mejor para mí. Había otro lugar al cual ir, esperaba que ellos me pudieran ayudar también, pues al fin y al cabo eran detectives. Caminaba afueras de la ciudad, esperando recordar la ubicación de ellos. Recordé que me habían dicho la nueva ubicación del equipo, solo los había visitado una vez, pero eso fue hace tiempo.
El sol se estaba ocultando. Me di por vencida. Había estado buscando por horas. Estaba cansada, lo mejor era que al día siguiente seguiría buscando. Al menos pude pedirle ayuda a uno de mis amigos, eso me calmaba un poco. Me dirigí a mi hogar, para tomar así un bien merecido descanso.
– ¡Rose!
Escuché a alguien a mis espaldas. Me gire levemente para ver de quien se trataba.
– ¿Shadow? Que sorpresa encontrarte por aquí.
– De hecho te buscaba – Dijo deteniéndose frente a mi.
– ¿Eh? ¿Para qué? – Pregunté confundida.
– Acompáñame y lo sabrás – Dijo mientras comenzaba a caminar por la dirección que había llegado.
– Lo siento, pero me encuentro cansada.
– ¿Cansada? – Preguntó, deteniendo su paso.
– Sí. Buscaba a alguien desde hace un buen rato.
– Lo entiendo, pero dudo que lo hagan ese grupo que consideras tus amigos
Suspiré, luego sonreí por dos cosas. La primera fue porque entendí el por qué me estaba buscando, quería llevarme a lo que seguro era una fiesta sorpresa. Lo deduje fácilmente tras recordar las decoraciones "escondidas". Lo segundo fue por que recordaba que Shadow jamás acepto por amigos a los que yo tenía, las únicas amigas que tenia eran Rouge y yo, o eso esperaba.
– Diles a los invitados que la cumpleañera no llegará.
Sonrió un poco.
– Eres lista…
– Gracias – Agradecí el cumplido.
– Eso es algo que me gusta de ti – Agregó.
Me sonrojé levemente tras escuchar eso. Observé como se acercaba a mí, deteniéndose a solo unos cuantos centímetros. Con su mano rozó mi mejilla. Me sonrojé más ante esa acción. Traté de evitar verlo a los ojos, pero él me tomó del mentón, obligándome a verle. Corto un poco más la distancia que nos separaba. Podía sentir su respiración en mi rostro. Me acerqué un poco más a él, haciendo que nuestros labios casi se rozaran, pero una voz me distrajo.
– ¿Arruino algo?
Esa voz me dejo helada. Me separé de Shadow, di lentamente la vuelta y lo vi, aquel erizo causante de mis pesadillas. Di un par de pasos hacia tras, quedando alado del erizo azabache. Él se coloco enfrente de mí, protegiéndome del erizo.
– ¿Quién eres tú? – Preguntó, colocándose en posición de ataque.
– Tú no te metas – Dijo el erizo, alzando su brazo.
Una luz blanca rodeo a Shadow. Este comenzó a levitar y después fue lanzado a unos metros atrás, cayendo bruscamente de espaldas al suelo. Traté de correr hacia él para ayudarlo, pero quede inmovilizada. Sin que yo quisiera me di la vuelta y caminé hacia el erizo blanco.
– Con que ¿Buscando información de mi, eh? – Dijo el erizo.
– ¿Quién eres? ¿Qué es lo que quieres? – Pregunté, tratando de liberarme.
– Yo tengo muchos nombres, y quiero muchas cosas, entre ellas: A ti.
– ¡Suéltala!
Observé como Shadow corría, o más bien, patinaba hacia él. Quiso darle un fuerte golpe pero el erizo, con una velocidad impresionante, esquivó el golpe y aprovechó para darle una patada en el estomago, mandándolo a un par de metros atrás. Vi como Shadow se levantaba del suelo con un poco de dificultad, pero antes de que pudiera hacerlo fue rodeado nuevamente por el aura blanca. Fue elevado al cielo, después el aura desapareció, dejandolo caer desde una gran altura. El aura apareció nuevamente y lo elevo al cielo, desde la misma distancia lo dejo caer. Esto se repitió una y otra vez. Yo seguía bajo el poder del erizo, no podía hacer nada para tratar de evitarlo. Comencé a llorar al escuchar sus gritos de dolor, debía ser algo o si no sería el fin la él.
– ¡Déjalo en paz! – Ordené.
– ¿Qué sucede? ¿No te agrada lo que ves? – Dijo el erizo, sonriendo siniestramente
– Por favor… – Susurré - ¡Haz lo que quieras conmigo pero deja a Shadow en paz! – Supliqué.
– Así que la "Forma de vida suprema" tiene que depender de una chica ¿Eh? – Dijo con un tono burlón – Patético.
Hizo levitar a Shadow nuevamente. Al dejarlo caer le lanzó una especie de cuchilla blanca. Me quede horrorizada al ver lo que sucedió. La extraña cuchilla había perforado por completo su pecho. En menos de un segundo su pelaje blanco se había tornado completamente rojo. Cerré los ojos, no podía creer lo que sucedía.
– ¡Eres un maldito! – Le grité con todas mis fuerzas.
Un terrible dolor sentí en el pecho. Baje la mirada y encontré una de esas extrañas cuchillas enterrada en mi pecho, a la altura de mi corazón. Caí al suelo de espaldas. Trate de agarrar la cuchilla con mis manos, pero me fue imposible.
– Perdóname Shadow… - Susurré difícilmente.
Solté una última lágrima, antes de que todo se volviera completamente oscuro...